En esta escultura,

según palabras del autor “el tema es áspero, humilde, apartado, cruel, odioso y atropellado…”, “nada es misterioso, incomprensible o invisible…”, “los hechos no pueden ser trasladados a un mundo inexistente o abstracto de creencias oscuras, inhumanas…”. Pero, a la vez, este abrazo remite a la fraternidad y solidaridad humanas que llevan al autor al convencimiento, convertido en deseo, de que “los grandes problemas no se solucionan a tiros”.

Fue de Joxé la idea inicial de hacer un homenaje en Sartaguda, en forma de escultura. Su trabajo es lo primero que se instaló en el parque, una obra realista titulada “Acribillados en la Santa Cruzada” que hace referencia a una experiencia vivida por el autor en su niñez. Tenía, dice, doce años cuando le tocó ver cómo fusilaban a tres personas jóvenes en la Vuelta del Castillo de Pamplona. Fijado en su memoria, traslada el hecho de forma plástica a esta obra que representa a tres personas entrelazadas en un abrazo, mientras están siendo acribillados a tiros; acción a la que aluden expresamente las perforaciones perceptibles en dicho modelo.