Al fondo,

en la parte de la derecha, encuentras la escultura en homenaje a las mujeres. Fue la última en colocarse, y sirve para cerrar el parque. Esta escultura fue realizada por el escultor madrileño Rodrigo Romero Pérez en 2016, tras un concurso al que se presentaron 20 propuestas.

Además de las mujeres asesinadas por el franquismo hubo muchas madres, viudas, e hijas que fueron represaliadas, ultrajadas, y violentadas. Mujeres que, a la pérdida de un ser querido, tuvieron que sumar un sinfín de penurias. Y al robo de tierras y propiedades tuvieron que sumar el escarnio público. Esta escultura pretende hacer justicia y poner en valor el coraje y la dignidad de todas ellas. El de esas mujeres que tuvieron que mirar al frente con la cabeza bien alta, para poder recuperarse de tantas agresiones.

En la escultura te encuentras con una mujer orgullosa, fuerte, y valiente. Detrás, una hija que enlaza con ese cuerpo, que se une a esa memoria. Y detrás un hombre, partido, que aparece y se va. Él, desaparecido en realidad, aun estando bajo tierra siempre ha estado presente en nuestras familias. Imposible olvidarnos de los nuestros.