En 1936 Navarra era sobre todo una provincia carlista.

Y desde el inicio, se mostró mayoritariamente a favor del golpe de estado dado por Franco, Mola, y otros generales. Aquí no hubo frente de guerra, y sin embargo más de 3.452 personas fueron asesinadas. Tras la matanza, la represión no paro; a la desaparición de las personas republicanas le sucedió una represión brutal hacia las mujeres, que tuvieron que sufrir escarnio público, cortes de pelo, paseos humillantes, y en algunos casos violaciones.

Además de la cárcel y el destierro, las familias republicanas sufrieron el robo de sus tierras y propiedades. Y, sobre todo, padecieron la humillación y el silencio generalizado. Fueron años duros para nuestras familias.

En la transición, aquellos hechos y su memoria fueron borrados. Y no se corrigieron años de olvido y dolor. Por eso son necesarias iniciativas como esta, para llenar el vacío de la justicia.